El jueves 21 de agosto, se desarrolló, en el Salón de los Pasos Perdidos de Tribunales I, el Jubileo de la Justicia, un evento organizado por el Arzobispado de Córdoba, destinado fomentar la reflexión sobre el valor de la justicia en el mundo contemporáneo.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Luis E. Angulo, quien destacó que el año jubilar católico ofrece una oportunidad única para pensar en la justicia no solo como un mecanismo institucional para la resolución de conflictos, sino también como un servicio que busca sanar heridas profundas en nuestra sociedad.
El titular del TSJ recordó que el papa Francisco aseguró en reiteradas oportunidades que “sin justicia no hay paz”. “La paz no es simplemente la ausencia de conflicto -enfatizó el magistrado-, sino el fruto de un orden social justo donde se respetan los derechos y la dignidad de las personas”.
“Este mensaje nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como personas al servicio de la justicia, pero además a redoblar nuestros esfuerzos para construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria”, agregó el presidente del TSJ.
Desmantelar estructuras injustas
A su turno, el cardenal Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, dirigió un mensaje a la comunidad judicial cordobesa, sin distinción de credos (el texto completo puede descargarse desde el enlace "archivos adjuntos" al pie de la página). Afirmó que “la justicia no es una abstracción, sino que se encarna en aquellos hombres y mujeres que siguen creyendo seria y empecinadamente en ella".
Instó a la comunidad judicial a trabajar con otros para “desmantelar las estructuras sociales injustas, de modo que los débiles, los oprimidos y los marginados de este mundo puedan ser liberados, muy conscientes de que el silencio frente a la injusticia abre paso a la división social".
“No basta gritar justicia; sino va acompañado del amor”, enfatizó monseñor Rossi y recordó que san Agustín definía a la justicia como una caridad imperfecta y a la caridad como una justicia perfecta.
“Quien solo grita justicia y no siente al mismo tiempo amor por el otro, compasión, deseo de rehabilitación, de reconstrucción, de renovación (…), en realidad, no está gritando verdaderamente justicia; o, mejor aún, hace de la justicia un escudo para no amar. De hecho, lo que está gritando es venganza”, aseguró.
Finalmente, el cardenal Rossi hizo un llamado específico a los agentes de justicia: “Está claro que su vocación no es para mediocres, su vocación no es para insensibles, su vocación no es para frívolos, sino para apasionados por la justicia”.
De la actividad participaron, además, los vocales del máximo tribunal de la provincia Aída Tarditti, Domingo Sesin, Luis E. Rubio, María Marta Cáceres de Bollati, Sebastián López Peña y Jesica Valentini; autoridades de otros poderes del Estado; e integrantes de la comunidad judicial.
*Al pie de la nota se puede acceder al mensaje del Cardenal Rossi en audio.