El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ), Luis E. Angulo, remarcó el compromiso institucional de los poderes judiciales argentinos con la igualdad de género, la erradicación de la violencia contra las mujeres y el acceso a una justicia libre de sesgos, estereotipos y prejuicios. Lo hizo durante su participación en el 15° aniversario de la Oficina de la Mujer (OM) y el 14° Encuentro anual de Oficinas de la Mujer y Género de Argentina.
Del acto participaron los vocales del TSJ Aída Tarditti, Domingo Sesin, María Marta Cáceres de Bollati y Jessica Valentini. También asistieron la directora académica de la OM de Córdoba, María Esther Cafure, y la titular de la OM de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, María Delia Castañares.
Política judicial consolidada
En su mensaje, Angulo subrayó que la Oficina de la Mujer de Córdoba, creada en 2010 a instancias de un proyecto impulsado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se convirtió en un pilar fundamental de la labor judicial. Afirmó que este trabajo ha consolidado una política judicial en género.
Entre los logros destacados en estos 15 años, el presidente del TSJ mencionó los siguientes:
- La capacitación de todos los integrantes del Poder Judicial de Córdoba en la Ley Micaela (Ley n°. 27.499).
- Un rol activo en la comunicación institucional, con campañas y publicaciones destinadas a sensibilizar a quienes brindan el servicio de justicia y a la sociedad.
- La labor de investigación y estadística como así también la publicación de compendios de jurisprudencia de los distintos fueros que abordan la temática.
- La promoción de la puesta en funcionamiento de lactarios en las sedes judiciales de Capital y el interior, una medida que asegura que las agentes judiciales puedan conciliar plenamente la maternidad con la labor profesional.
Decisiones que marcan un cambio
Angulo también remarcó que las decisiones jurisdiccionales dictadas con perspectiva de género están alineadas con (deberes jurídicos) normativa internacional vigente que buscan eliminar la discriminación, la desigualdad estructural y erradicar la violencia. Agregó que el objetivo es garantizar el acceso a justicia y a derechos, proporcionando un espacio de escucha activa y debida diligencia estatal, libre de revictimización.
“Estas decisiones contribuyen a visibilizar este flagelo y a fortalecer una política que promueve la materialización de una vida libre de violencia y el derecho a la igualdad de mujeres y niñas”, afirmó.
Mirando hacia el futuro, el presidente Angulo reconoció los numerosos desafíos que persisten, tales como la violencia digital, la violencia económica y los femicidios, lo cual exige una respuesta judicial ágil, coordinada y especializada.
Finalmente, destacó la importancia de la red federal que conforman las Oficinas de la Mujer y Género y las consideró “una de las mayores fortalezas del sistema de justicia argentino”.
Concepto equivocado de masculinidad
Por su parte, la exvocal del TSJ, María Esther Cafure de Battistelli, sostuvo que la violencia contra la mujer no es sólo un “problema doméstico” o de carácter privado; sino uno mucho más profundo y de matiz sociocultural, que tiene sus raíces “en un concepto equivocado de masculinidad, que se identificaba con poder, con la exigencia de sumisión al otro, de obediencia”.
“En cualquier espacio en que existan las relaciones interpersonales, ahí tenemos que estar presentes para luchar contra los estereotipos de género (…) No podemos perder las conquistas. El avance en los derechos humanos no admite retroceso”, aseguró.